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martes, 26 de junio de 2012

Texto explicativo

La superestructura explicativa se caracteriza por presentar un tema general y progresar en éste hasta llegar a lo particular. Es decir, presenta un tema que los lectores desconocen o conocen poco y lo desarrolla en subtemas. El texto explicativo pretende informar a los lectores.

Cómo redactar un texto explicativo:

Primero se debe comenzar con la presentación global, general, del tema que van a desarrollar. Esta presentación respondería a una pregunta imaginaria (no debe estar escrita) que origina la explicación.
Ej: ¿Quién es el Científico Mazza? 

Los recursos del texto explicativo:

Para que el contenido del texto explicativo sea claro y preciso, se utilizan algunos recursos que amplían o especifican la información.

Definiciones: se refieren brevemente a qué es un objeto o concepto y mencionan sus características principales
Ej: "Los asteroides son cuerpos rocosos irregulares de gran tamaño que se encuentran entre Marte y Júpiter".

Ejemplos: aportan casos concretos que ilustran el tema que se está tratando.
Ej: En el cuento policial de enigma el detective descubre el mismo por medios de métodos deductivos, por ejemplo: "Sherlock Holmes resuelve crímenes pensando en su caso sin tener que ir a la escena del crimen".

Reformulaciones: reformular es volver a explicar una idea o concepto utilizando nuevas palabras para garantizar su compresión.
Ej: "Reformular es volver a explicar una idea o concepto, es decir, utilizar nuevas palabras".

Comparaciones: comparar es relacionar el concepto explicando con otro que, suponemos, que el lector ya conoce. 
Ej: "La atmósfera actúa como una barrera contra los cuerpos celestes que podrían impactar la Tierra".

Conectores: Sirven  para reforzar las conexiones entre las partes. Pueden ser causales, consecutivos o que resuman la información. 
Ej:: porque, a causa de,  ya que, entonces, en consecuencia.

Analogía: compara dos elementos que pertenecen a dominios diferentes: lo desconocido se puede explicar  por otro concepto más cercano al lector. 
Ej:  La televisión fue a mediados del siglo XX lo que la televisión digital es al siglo XXI.

Clasificación: ordena los elementos por características  comunes o categorías  (que son justamente las que permiten armar una serie). 
Ej:  en el texto sobre la televisión, ese medio de comunicación aparece clasificado de acuerdo con su forma de evolucionar: tv blanco y negro, tv color, tv satelital. 

domingo, 24 de junio de 2012

Texto Explicativo: el paratexto

Los paratextos son todos los elementos que rodean al texto. Los paratextos permiten anticipar el contenido de un texto. Algunos elementos de paratextos son: título, índice, gráficos, diagramas, imágenes (fotos, infografías, esquemas) y epígrafes.

El entorno del texto

El paratexto permite anticipar el contenido del texto. Prestar atención a ciertos elementos como la tapa, la contratapa, y las ilustraciones, construye una idea sobre el tema del texto que tenemos en frente. También, las imágenes, los dibujos y los títulos proporcionan mucha información.
A través de los paratextos podemos observar rápidamente si nos interesa o no un libro o una nota periodística. Hay paratextos gráficos y paratextos verbales.

Paratexto gráfico

Los paratextos gráficos se componen de ilustraciones, fotografías, variaciones en las letras, y la diagramación.
En los periódicos, por ejemplo, puede encontrarse mucha información antes de leer una noticia.
Los títulos de las noticias siempre llevan un tamaño de letra más grande y su tipografía se despega del cuerpo del texto. En esas pocas letras se define en gran parte aquello que se podrá leer en el contenido de la noticia.
Las fotos, las imágenes, el tamaño de las letras, los colores, también proporcionan información sin necesidad de leer todo.

Paratexto verbal

El título e índice son dos elementos paratextuales importantes que anticipan mucha información del texto.
Por ejemplo: si vamos al museo y queremos saber algo más de un personaje histórico, podemos buscar en una enciclopedia. Para no tener que mirarla toda, puede leerse el índice del libro.
La información del índice de una enciclopedia aparece por orden alfabético.
Las letras iniciales también brindan información y permiten encontrar lo que se busca con rapidez.

Tips

*Es posible anticipar el tema de los textos prestando atención a todo lo que lo acompaña.
*Ese entorno de elementos del texto se llama paratexto.
*Algunos elementos paratextuales son: la información gráfica, como los dibujos, las fotografías, el tamaño de las letras, los diagramas, etc.
*También se obtiene información leyendo los títulos y los índices.
*Un buen lector es capaz de anticipar el contenido del texto basándose en toda la información que este brinda.
*Los índices de las enciclopedias se organizan en orden alfabético.

sábado, 23 de junio de 2012

La inmigración argentina


Incitados y alentados por el impulso político-económico liberal que necesitaba transformar la Argentina después de la batalla de Caseros y de la promulgación, en 1853, de la Constitución Nacional, entre los años 1890 y 1930 penetraron por el puerto de Buenos Aires más de cinco millones de inmigrantes de los que, en definitiva, quedaron en este suelo más de tres millones, bien dispuestos para "hacer la Ámérica" que se les había prometido.
Muchos llegaron con el propósito de superar estrecheces y hasta la miseria que padecían en sus lugares de origen; pero también ingresaban los que huían de una justicia no siempre justa (por hechos de índole diversa), así como quienes escapaban de las persecuciones raciales cada vez más cruentas, que se producían con insistencia en varias zonas de Europa. Argentina era, por sobre todo, un país que ofrecía trabajo en libertad y con paz. En porcentajes aproximados, el cincuenta por ciento de los viajeros era de Italia (en especial del "mezzogiorno" peninsular); el veinticinco por ciento, del norte y del sur de España, y el veinticinco por ciento restante lo completaban franceses, ingleses, alemanes, sirio-libaneses (a los que se llamaba "turcos") y judíos de distintas nacionalidades (a quienes se denominaba "rusos").
Una buena cantidad de labradores siguieron viaje hacia el interior, en procura de tierras generosas en las que pudieran hundir sus raíces, demasiado tiempo al aire por los largos y fatigosos trayectos. Pero, como lo señalara Bourdé: "de 1890 a 1930 se impone el éxodo del campo europeo hacia las ciudades argentinas” y, de manera particular, hacia la ya designada Capital Federal. Millones de extranjeros arribaban en oleadas constantes y bien nutridas desde todos los puntos del orbe, y se afincaban en una "gran aldea" no preparada para recibir tales aluviones de seres que empezaban a sentir así, con mucha inquietud, los primeros desencantos.
Después del paso casi obligado por el Hotel de Inmigrantes, los recién llegados empezaban a apiñarse y desbordar los conventillos ciudadanos (antiguas casonas señoriales, muy venidas a menos, ubicadas en su mayoría al sur de la ciudad) que, ante la demanda insaciable, eran divididas en tabucos en donde se amontonaban familias enteras o media docena de hombre solos, en la más completa promiscuidad. Médicos eminentes daban testimonio de lo que sucedía. El doctor Eduardo Wilde, informaba en 1885: "una habitación de "conventillo", como se llamaba a esos alojamientos ómnibus que albergan desde el mendigo al pequeño artesano, tiene una puerta sobre el patio y a veces una ventana". Subrayo lo de "a veces una ventana", y continúa el doctor Wilde: "es una pieza cuadrada de cuatro metros de largo que sirve para todo. Es el dormitorio del marido, de la mujer y de la "pollada" de cinco o seis hijos muy sucios". El doctor Samuel Gache aseveraba en el año 1900: "Cualquiera que haya penetrado una vez en uno de esos antros de miseria a los que en Buenos Aires se llama "conventillos", ha recibido una impresión tan dolorosa que jamás podrá olvidarla". Añadía, por si quedaran dudas: "Nada es más inmundo más repugnante que ese cuadro de pobreza, suciedad e inmoralidad". Y completaba su juicio de severo sanitarista :"Estos establos para cerdos, infectos, constituyen la crítica más elocuente de las desigualdades sociales". En el diario El Obrero de 1892 se daba a publicidad, como denuncia social, el reglamento que regía en uno de los "conventillos". Se componía de 11 artículos colmados de deberes y prohibiciones para inquilinos. El último establecía que estaba "prohibido bailar, cantar, tocar el acordeón, la guitarra o cualquier otro instrumento de música". Conviene tener a mano estos documentos
de la época para que queden al descubierto las evasiones "zarzueleras" y algunos "romanceos" pintureros del "sainete porteño".
Era tanta la demanda que se producía por los tugurios de las "casas de vecindad" ciudadanas que, al saturarse las viejas casonas, daría comienzo la aventura hacia las orillas en donde, ya en pleno arrabal, se irían formando barriadas de "laburantes" y "linyeras". Como lo puntualizara Bourdé: "la miseria se desplaza del centro hacia el cinturón urbano".

miércoles, 20 de junio de 2012

El teatro


 
El teatro es un género literario en el que se plantea un conflicto entre personajes mediante la acción y el diálogo. Al no haber narrador, es preciso introducir acotaciones que informen acerca de la representación.
La palabra teatro (que significa en griego lugar para mirar, mirador, visión) tiene varias acepciones: es el texto cuyo argumento desarrolla la obra teatral en la escena, y es la representación de este texto por actores, frente a un público y en un lugar destinado para ese fin. Este mundo ficticio va cobrando cuerpo durante la realización de la obra.
Pero además, toda representación teatral es en sí un hecho social porque nace de la necesidad de expresión que tiene una comunidad. La obra de teatro ha sido creada con vistas a la acción, para cumplirse en un escenario y frente a un público. Y este elemento, “el público”, es fundamental y necesario para que el hecho “teatro” se cumpla en su totalidad.
Un notable pensador español, Ortega y Gasset, lo definió como género visionario porque, además de literatura, es espectáculo.
La obra teatral se crea para ser representada, pero también puede ser leída en voz alta, y a eso se le llama lectura dramatizada. En una lectura dramatizada, los distintos lectores encarnan a los personajes de la obra y transmiten a los oyentes sus palabras y emociones.
Es importante leer detenidamente las acotaciones, pues son de gran ayuda para transmitir el sentido del texto.

Clasificación de las obras teatrales

Las obras teatrales se pueden clasificar en mayores y menores. Entre las mayores podemos encontrar la tragedia, la comedia y el drama.

Tragedia: Obra extensa, de tono solemne, tema serio, personajes elevados y final desgraciado. Por ejemplo: “Romeo y Julieta” de Shakespeare.

Comedia: Obra de cierta extensión que carece de solemnidad. Su tono es satírico, el tema popular, los personajes comunes y el desenlace grato, feliz. Por ejemplo “La dama boba” de Lope de Vega.

Drama: Obra que combina lo desgraciado con lo feliz. Presenta un conflicto doloroso y lo sitúa en la realidad, con personajes menos grandiosos que los héroes trágicos y más cercanos a la humanidad corriente. Emplea todos los tonos, desde el más humilde hasta el más elevado, el desenlace puede ser feliz o trágico. Por ejemplo: “La vida es sueño” de Calderón de la Barca.

Entre los géneros menores podemos encontrar, entre otros:

Zarzuela: Representación con diálogos dinámicos y picarescos y con canciones. Divierte al espectador; busca el efecto con música y color. Por ejemplo: “La verbena de la paloma” de Ricardo de la Vega.

Sainete: Representación que mezcla lo absurdo y lo cómico. El tema es serio porque muestra una situación social o la angustia de un personaje. Si bien se dan algunos juegos de palabras que pueden hacer reír, la densidad de la obra provoca perplejidad y angustia en el espectador, y lo invita a reflexionar. Por ejemplo: ”Mateo” de Discépolo.

El sainete es una pieza breve de tipo cómico o tragicómico basada en la caricatura del costumbrismo urbano. El sainete es una de las expresiones que reflejan de manera más original la identidad de la cultura porteña en la etapa de mayor afluencia inmigratoria.
A diferencia del sainete, el grotesco criollo fusiona íntimamente lo cómico y lo dramático y, de este modo, logra que el espectador ría y llore simultáneamente, al experimentar el placer de la risa y el dolor de la tragedia.