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lunes, 30 de abril de 2012

La descripción II

La narración

Funciones del lenguaje III

Funciones del lenguaje II

La descripción

De: http://roble.pntic.mec.es

Describir es explicar, de forma detallada y ordenada, cómo son las personas, los lugares o los objetos. La descripción sirve sobre todo para ambientar la acción y crear una atmósfera que haga más creíbles los hechos que se narran. Muchas veces, las descripciones contribuyen a detener la acción y preparar el escenario de los hechos que siguen.

LA RONDALLA  

Al fondo de la plaza se elevaba el Ayuntamiento, un edificio encalado, con un largo balcón en el primer piso y ventanas enrejadas en la planta baja. Junto al portalón de piedra, en letras doradas, se podía leer la inscripción CASA CONSISTORIAL.
Cerraban la plaza las fachadas encaladas de unas doce casas de dos pisos, con sus balcones y ventanas repletos de geranios y claveles. En los balcones iluminados, y junto a las puertas de las casas, había grupos de personas de todas las edades, con expresión atenta e ilusionada.
Las miradas de todo el pueblo se dirigían hacia un tablado que habían levantado en el centro de la plaza, delante del Ayuntamiento. Sobre el tablado, y a la tenue luz de las farolas, la rondalla animaba con su música la húmeda y calurosa noche de julio. Sentados junto al tablado, los niños escuchaban embelesados. En lo alto brillaban las estrellas.

Cómo se hace una descripción

Hay que observar con mucha atención y seleccionar los detalles más importantes.
Después de seleccionar los detalles, hay que organizar los datos siguiendo un orden:

- De lo general a lo particular o al contrario.
- De los primeros planos al fondo o al contrario.
- De dentro a fuera o al contrario.
- De izquierda a derecha o al revés.

Al describir hay que situar los objetos en el espacio con precisión. Se usarán expresiones como a la derecha, junto a, al fondo, detrás de, en el centro, alrededor...

Cómo se describe un lugar

Al describir un paisaje o un lugar cualquiera, los escritores suelen presentar primero una visión general del lugar. Después van localizando en ese lugar los distintos elementos (los pueblos, los montes, el río...) utilizando palabras que indican situación en el espacio. Procuran transmitir la impresión que produce el lugar: alegría, tristeza, misterio, terror...

Descripción de una cueva (Pío Baroja) A la izquierda se abría la enorme boca de la cueva, por la cual no se distinguían más que sombras. Al acostumbrarse la pupila, se iba viendo en el suelo, como una sábana negra que corría a todo lo largo de la gruta, el arroyo del infierno,"Infernuco-erreca", que palpitaba con un temblor misterioso. En la oscuridad de la caverna brillaba, muy en el fondo, la luz de una antorcha que agitaba alguien al ir y venir.
Unos cuantos murciélagos volaban a su alrededor; de cuando en cuando se oía el batir de las alas de una lechuza y su chirrido áspero y estridente.

Cómo describir un objeto

La descripción de objetos dirigen la atención del lector hacia detalles importantes y dan verosimilitud al relato.
Para describir un objeto se detallan sus rasgos característicos: forma, tamaño, impresión que produce... Y si el objeto tiene diferentes partes, se enumeran y detallan ordenadamente.
En las descripciones de objetos suelen emplearse términos específicos; por ejemplo, en la descripción de un reloj de pared se usan palabras como caja, esfera, manillas, pesas, péndulo...

Descripción de un pozo (Rafael Sánchez Ferlosio) Lo más importante del jardín del sol era el pozo. Tenía un brocal de piedra verde y un arco de hierro forjado para la polea. La polea era de madera y chillaba como una golondrina. El cubo era también de madera, sujeto por aros de hierro, como las cubas, y pesaba mucho. El pozo era muy hondo y tenía un agua muy clara.

Un método para describir objetos consiste en comparar un objeto con otro. Al comparar podemos utilizar dos tipos de rasgos:

Los rasgos diferenciales de cada objeto. Son las características que distinguen a unos objetos de otros.
Los rasgos comunes a las cosas que comparamos. Son las características que hacen que podamos agrupar a los seres en clases.

Para comparar hay que tener en cuenta lo siguiente:

Se deben comparar variables análogas. Al comparar objetos podemos observar el tamaño, la forma, la materia, el precio, la procedencia...
Se deben indicar las semejanzas y las diferencias.
Se debe ordenar la comparación. Primero las semejanzas y después las diferencias o al contrario.

El violonchelo y el violín. El violonchelo es, como el violín, un instrumento de cuerda. Su forma es similar y ambos se tocan con ayuda de una varilla o arco. Estos dos instrumentos se diferencian por su tamaño y su sonido. El violín es pequeño y su sonido es suave y agudo, mientras que el violonchelo es grande y de tonalidad muy grave.

Describir un proceso

Describir un proceso es exponer ordenadamente las fases del mismo, indicando qué sucede en cada fase y cómo sucede.

Como se hace un periódico

1.- Documentación. Los reporteros locales y los corresponsales en otras poblaciones acuden al lugar de los hechos, obtienen información y hacen fotografías y planos del lugar.
2.- Transmisión. Los periodistas y las agencias internacionales transmiten las noticias a la redacción del periódico por una vía rápida (teléfono, teletipo, fax, correo electrónico...).
3.- Redacción. Los redactores seleccionan el material recibido y redactan noticias, artículos de fondo y editoriales. También escogen el material gráfico.
4.- Fotocomposición. Los textos se escriben en los ordenadores, se corrigen y se distribuyen en la página, confeccionando así una maqueta, que se fotografía.
5.- Obtención de películas y planchas. Se obtienen los negativos de las fotografías de cada página y con ellos se impresiona una plancha plana de aluminio.
6.- Impresión. Finalmente, a partir de la plancha, se imprimen los periódicos en la prensa. Ya están listos para su distribución.

La descripción de un proceso debe ser clara y ordenada. Se debe seguir el siguiente orden:

Primero se indica de qué proceso se trata y cuál es su finalidad.
Después se detallan los elementos, materiales o instrumentos que forman parte del proceso (personas, máquinas, materiales, herramientas...).
Finalmente se explica cómo se desarrolla el proceso. Se divide en fases y se exponen las operaciones que se realizan en cada una. Se deben utilizar palabras que indiquen el orden de las operaciones.
Si es posible, se explica para qué se realiza cada operación.

Descripción de personas

Hay varias formas de describir a una persona. Según se describan sus rasgos recibe distintos nombres.

Prosopografía   Es la descripción de los rasgos físicos de la persona, de su apariencia externa.
Etopeya  Es la descripción de rasgos psicológicos o morales del personaje: su manera de ser, de actuar, su carácter.
Retrato  Es una descripción combinada en la que se describen las características físicas y morales de la persona. Une la prosopografía y la etopeya.
Caricatura  Es un tipo de descripción en la que los rasgos físicos y morales de la persona se presentan de manera exagerada, acentuando los defectos.

Cómo se hace una prosopografía

Lo más importante es observar atentamente a la persona y seleccionar y anotar los rasgos físicos que la caracterizan. Los rasgos más importantes son los que se refieren al rostro, al aspecto general y al vestido.
Antes de hacer la prosopografía hay que tener en cuenta estas normas:
Es necesario seguir un orden al ir "pintando" al personaje. Se debe comenzar por el aspecto general y después dar detalles concretos.
Se debe presentar al personaje en acción para que cobre vida, describiendo sus movimientos.
Es conveniente reflejar nuestros sentimientos hacia el personaje (ternura, admiración,
aversión...).
Hay que elegir el tono de la descripción: un tono serio, irónico, burlón.

Retrato físico de Momo (Michael Ende) En verdad, el aspecto externo de Momo era un poco extraño y tal vez podía asustar algo a la gente que da mucha importancia al aseo y al orden. Era pequeña y bastante flaca, de modo que ni con la mejor voluntad se podía decir si tenía ocho años o ya doce. Tenía el pelo muy ensortijado, negro como la pez, y parecía no haberse enfrentado nunca a un peine o unas tijeras. Tenía unos ojos muy grandes, muy hermosos y también negros como la pez y unos pies del mismo color, pues casi siempre iba descalza.

El retrato

Normalmente, cuando describimos a una persona, no sólo nos referimos a su físico, sino que intentamos reflejar su forma de ser y de actuar, y también lo que nosotros pensamos de esa persona. Describir a una persona reflejando sus sentimientos, sus costumbres y todo lo que forma su personalidad es un retrato de carácter.
Para hacer un buen retrato y que éste sea completo hay que tener en cuenta:
Observar y seleccionar los rasgos más destacados de la persona, tanto físicos como de carácter.
No acumular demasiados rasgos, sólo los más característicos.
Describir los rasgos en orden. Primero los físicos y después las cualidades, la forma de actuar, etc.
Presentar al personaje en una ambiente, para que cobre vida y sea más creíble.
Elegir bien las palabras y utilizar recursos expresivos para dar viveza y fuerza a la descripción.

Recursos expresivos para describir  

Adjetivos  bajo, corpulento, delgaducho, alegre, cariñoso, huraño, tímido, inquieto, dulce...
Comparaciones  Se movía como un pato. Su pelo parecía de oro. Sus ojos eran negros como la pez.
Imágenes  Luis es una ardilla. Celia es un verdadero ciclón.
Metáforas  Entre sus labios lucía una hilera de perlas.

Ejemplo de retrato (Camilo José Cela) Mi padre se llamaba Esteban Duarte Diniz, y era portugués, cuarentón cuando yo niño, y alto y gordo como un monte. Tenía la piel tostada y un estupendo bigote negro que se echaba para abajo. Según cuentan, le tiraban las guías para arriba, pero, desde que estuvo en la cárcel, se le arruinó la prestancia, se le ablandó la fuerza del bigote y ya para abajo hubo que llevarlo hasta el sepulcro. Yo le tenía un gran respeto y no poco miedo, y siempre que podía escurría el bulto y procuraba no tropezármelo; era áspero y brusco y no toleraba que se le contradijese en nada, manía que yo respetaba por la cuenta que me tenía.

Modificadores del predicado

Extraído de: http://www.beatrizdinucci.com

Los modificadores del predicado son:

Objeto directo: éste es siempre un sustantivo o una construcción equivalente. Por ejemplo, María compró rosas (“rosas” es el objeto directo, ya que modifica al verbo “compró”).  Se lo reconoce porque puede ser reemplazado por los pronombres: la, las, lo, los. En el caso del ejemplo dado: María las compró. El objeto directo, responde a la pregunta (“que + el verbo”), por ejemplo: “¿Qué compró María?”. También se comprueba el objeto directo, pasándolo a una oración pasiva, haciendo que cumpla la función del sujeto: “Rosas fueron compradas por María”, aquí vemos cómo la oración se vuelve pasiva (es decir, se resalta el objeto y la acción y  no el sujeto que la llevó a cabo). Aquí, es necesario explicar el complemento agente, que es el sustantivo o la construcción equivalente iniciada por la preposición “por”. Aparece en la voz pasiva y señala a quien realiza la acción indicada por el verbo. En el caso del ejemplo presentado antes, el complemento agente sería: “por María”.

Objeto indirecto: también siempre es un sustantivo pero se une al verbo mediante las preposiciones “a” o ”para”. Para reconocerlo se lo reemplaza con las preposiciones: le, les. Esto es importante, ya que algunos objetos directos también empiezan con “a”. Veamos un ejemplo de objeto indirecto: “María compró flores a su madre” (“a su madre”, es el objeto indirecto). En este ejemplo, el reemplazo sería el siguiente: “María le compró flores”.

Circunstanciales: expresan las circunstancias en que se realiza la acción, pueden estar constituidos por una sola palabra (en este caso, serían los adverbios) o por una construcción. Los circunstanciales se clasifican de la siguiente manera:

De modo (responde a la pregunta: ¿cómo?) Ejemplo: Matías vivió feliz su cumpleaños.
De tiempo (responde a la pregunta: ¿cuándo?) Ejemplo: Matías festejó ayer su cumpleaños.
De lugar (responde a la pregunta: ¿dónde?). Ejemplo: Matías festejó su cumpleaños en un pelotero.
De instrumento (responde a la pregunta: ¿con qué?). Matías rompió la piñata con un palo de madera.
De compañía (responde a la pregunta: ¿con quién?). Matías festejó sus cumpleaños con sus mejores amigos.
Cantidad: (responde a la pregunta: ¿cuánto?). Matías sopló cinco velitas.
Causa: (responde a la pregunta: ¿por qué?). El alumno lloraba por el mal resultado en su evaluación.
Fin: (responde a la pregunta: ¿para qué?). Los chicos se reunieron para despedir el año.
Afirmación: Los chicos sí fueron a la fiesta.
Negación: Los payasos no pudieron llegar.
Duda: La niña tal vez falte al colegio mañana.

Predicativo obligatorio: se da en aquellas oraciones que poseen verbos copulativos (ser, estar, parecer, semejar, conjugados) ya que si con éstos finalizara la oración, ésta quedaría incompleta o mal formada. Por ejemplo: María era  (está incompleta).  María estaba feliz por la noticia (“feliz por la noticia”, es el predicativo obligatorio ya que es necesario para completar la acción.

Predicativo no obligatorio: Estos pueden ubicarse tanto en el sujeto como en el predicado sin alterar el significado de la oración, además, a diferencia del obligatorio, pueden suprimirse.

Modificadores del sujeto

Extaído del sitio: http://www.salonhogar.net

El sustantivo principal del sujeto o el pronombre que lo reemplaza recibe el nombre de  núcleo del sujeto (n). Dentro del sujeto de una oración hay otras palabras y construcciones que acompañan a los núcleos y se llaman modificadores:

Modificadores del sujeto

* El modificador directo (md) es el artículo o adjetivo que se une directamente al núcleo del sujeto y concuerda con él en género y número. Puede ubicarse antes o después del sustantivo, si es un adjetivo. Si es un artículo, se coloca siempre antes del núcleo.
* La aposición (ap) es la construcción que acompaña al núcleo y puede intercambiar de función con él ya que repite la idea del sujeto. Se coloca siempre entre comas ocupando el segundo lugar en el sujeto.
* El modificador indirecto (mi) es la construcción formada por un término unido al núcleo por medio de un nexo. Se coloca siempre después del sustantivo núcleo del sujeto. Pueden distinguirse dos tipos:

* Complemento preposicional: el nexo es una preposición.
* Complemento comparativo: el nexo es la palabra como o cual.

El sujeto está compuesto por un núcleo principal, que normalmente es un sustantivo pero que puede ser tanto un pronombre como un infinitivo sustantivado; y por una serie de modificadores del mismo, jerárquicamente subordinados a él.
Este tipo de modificadores, entre los que podríamos encontrar varias funciones gramaticales distintas, se pueden agrupar a grandes rasgos en dos grandes grupos, a saber: los modificadores directos y los modificadores indirectos.
Los modificadores directos del sujeto son aquellos que van unidos al núcleo directamente, o lo que es lo mismo, sin preposiciones ni cualquier tipo de conector de por medio. Se trata de elementos gramaticales que actúan en una posición adjunta al núcleo. Los determinantes artículos o indefinidos que en tantas ocasiones inician la frase y preceden al núcleo entran en el grupo de modificadores directos. También entran en este grupo los adjetivos, tanto los que preceden al sustantivo núcleo como los que se sitúan tras él. Y por último, también entran en este primer grupo las aposiciones. Pero veamos unos ejemplos de cada uno:

El árbol más grande del parque es ese de allí.
El frío de esta región es insoportable.
Los días más calurosos del verano están por llegar.

En estos ejemplos, los determinantes “el” -por dos veces- y “los” actúan como modificadores directos del núcleo del sujeto (“árbol”, “frío” y “días”).

El largo invierno de esta región es insoportable.
El gran árbol del parque es ese de allí.
Los días calurosos del verano están por llegar.

En estos casos, hemos añadido algunos adjetivos (“largo”, “gran”, “calurosos”) adjuntos al núcleo, para ilustrar este caso de modificación directa. Por supuesto, los determinantes que preceden a los núcleos siguen siendo igualmente modificadores directos.

Ese profesor, el señor Buendía, es un tipo excelente.
La amiga de Juan, María Elena, me cae bastante bien.

En este caso hemos añadido un par de aposiciones para que sirvan como ejemplo. Tanto “el señor Buendía”, en el primer ejemplo, como “María Elena”, en el segundo, son nuevamente modificadores directos del núcleo.
Sin embargo, siempre que incluyamos una preposición que conecte el núcleo con un complemento, estaremos hablando de modificadores indirectos. Recuperemos algunos ejemplos que ya hemos usado, pero fijándonos ahora en otras partes de la oración:

La amiga de Juan me cae bastante bien.
El largo invierno de esta región es insoportable.
Ese profesor de historia, el señor Buendía, es un tipo excelente.

Aquí, los modificadores “de Juan”, “de esta región”, y “de historia” son ejemplos perfectos de modificación indirecta, porque van precedidos de una preposición.
Naturalmente, modificadores directos e indirectos pueden aparecer juntos en una misma oración, y varios de ellos pueden hacerlo repetidamente.

Sujeto y predicado

Extraído del sitio: http://www.icarito.cl

La estructura de la oración está conformada por dos elementos fundamentales, que son: sujeto y predicado.

- El sujeto es la parte de la oración que nos indica de quién se habla.
- El predicado es la parte que se relaciona con lo que se dice del sujeto.

Reconocimiento de sujeto y predicado

Mi primo anda en bicicleta.
- ¿De quién se habla en esta oración?
Se habla de mi primo. Éste es el sujeto.
- ¿Qué se dice de mi primo?
Se dice que anda en bicicleta. Esta parte de la oración cumple con la función de predicado.
Veamos otros ejemplos, buscaremos el sujeto y el predicado de la siguiente oración:
Mónica y Luzma visitaron a su abuela la semana pasada.
- ¿De quién se habla?
Se habla de Mónica y Luzma.
- ¿Qué se dice de ellas?
Se dice que visitaron a su abuela la semana pasada.
Para encontrar el sujeto
Además de la forma que ya te mencionamos, existe otra muy práctica para distinguir el sujeto. Ésta consiste en marcar la acción y preguntar ¿quién? o ¿quiénes?
Analizaremos este ejemplo: La niña conversa con su amiga.
La acción es conversa.
- ¿Quién conversa con su amiga? La niña.
Entonces, el sujeto es la niña y el predicado, conversa con su amiga.
Ahora, observa la siguiente oración: Por el bosque caminaban los siete enanitos.
La acción es caminaban.
- ¿Quiénes caminaban por el bosque?  Los siete enanitos.
Entonces, el sujeto es: los siete enanitos y el predicado, por el bosque caminaban.
A través de estos dos ejemplos podemos concluir que:
- La acción va siempre en el predicado.
- El sujeto no siempre está ubicado al inicio de la oración.

domingo, 29 de abril de 2012

El cuento fantástico

De: “Introducción literaria III”. Editorial Estrada

Ingredientes de la materia fantástica

El cuento fantástico utiliza como punto de partida los misterios que plantean el hombre y su mundo y que no han tenido una explicación clara y certera: el tiempo, el espacio, los sueños, las dimensiones, la muerte...
El autor del cuento fantástico elige uno de esos misterios como tema pero sin intención de resolverlo, sino que, valiéndose de la ausencia de respuestas y de su imaginación, logra la incertidumbre. Es por eso que, partiendo de elementos reales y cotidianos – a veces en forma gradual y otras abruptamente- anula la realidad y nos traslada al ámbito de lo misterioso y de lo inexplicable. Proviene de la vacilación entre una explicación natural o una sobrenatural.
El escritor busca que el lector se pregunte acerca de la factibilidad de los sucesos; por eso elabora un relato verosímil, al que añade elementos extraños. Éste es el medio de producir la perplejidad y el suspenso, fuente de curiosidad, desazón y, a veces, miedo para el lector.

Tratamiento de la materia fantástica

Son prácticamente innumerables los medios de que se valen los autores de narraciones fantásticas una vez que han entrado en el proceso mental por el cual liberan su imaginación. Invaden tiempo, espacio, personajes o situaciones y, en ocasiones, todo a la vez.
Cuando el personaje es presa de las fuerzas sobrenaturales, si es un ser humano puede sufrir, entre otros, el fenómeno de la metamorfosis; si es cualquier elemento de la realidad –animales, objetos, muerte, espíritu- se animiza y adquiere características propias del hombre.
Si la invasión de lo fantástico se produce por medio del tiempo y del espacio, se producen traslados a los otros tiempos -ya del pasado como al futuro- anacronismos parciales, retrocesos en la propia historia, detención del tiempo, desajustes entre el tiempo cronológico y el tiempo interior, multiplicación en el tiempo, ruptura de las leyes físicas, transmutación de mundos.
Otro tema predilecto de los autores de cuentos fantásticos es la interrelación entre el sueño y la realidad: sueño dentro de otro sueño, conciencia de que se está soñando, sueños comunes a varias personas; en todos los casos, con un elemento que, luego en la vigilia, deja un rastro: por ejemplo, un objeto material presente en el sueño y presente en la vigilia.

Definición

El cuento fantástico es aquel que, por la suma de elementos reales y de elementos extraños e inexplicables, hace vacilar entre una explicación natural o una sobrenatural y deja al lector sumido en la incertidumbre.

Horacio Quiroga


 
 Extraído del sitio: http://www.biografiasyvidas.com

(Salto, 1878 - Buenos Aires, 1937) Narrador uruguayo radicado en Argentina, considerado uno de los mayores cuentistas latinoamericanos de todos los tiempos. Su obra se sitúa entre la declinación del modernismo y la emergencia de las vanguardias.
Las tragedias marcaron la vida del escritor: su padre murió en un accidente de caza, y su padrastro y posteriormente su primera esposa se suicidaron; además, Quiroga mató accidentalmente de un disparo a su amigo Federico Ferrando.
Estudió en Montevideo y pronto comenzó a interesarse por la literatura. Inspirado en su primera novia escribió Una estación de amor (1898), fundó en su ciudad natal la Revista de Salto (1899), marchó a Europa y resumió sus recuerdos de esta experiencia en Diario de viaje a París (1900). A su regreso fundó el Consistorio del Gay Saber, que pese a su corta existencia presidió la vida literaria de Montevideo y las polémicas con el grupo de J. Herrera y Reissig.
Ya instalado en Buenos Aires publicó Los arrecifes de coral, poemas, cuentos y prosa lírica (1901), seguidos de los relatos de El crimen del otro (1904), la novela breve Los perseguidos (1905), producto de un viaje con Leopoldo Lugones por la selva misionera, hasta la frontera con Brasil, y la más extensa Historia de un amor turbio (1908). En 1909 se radicó precisamente en la provincia de Misiones, donde se desempeñó como juez de paz en San Ignacio, localidad famosa por sus ruinas de las reducciones jesuíticas, a la par que cultivaba yerba mate y naranjas.
Nuevamente en Buenos Aires trabajó en el consulado de Uruguay y dio a la prensa Cuentos de amor, de locura y de muerte (1917), los relatos para niños Cuentos de la selva (1918), El salvaje, la obra teatral Las sacrificadas (ambos de 1920), Anaconda (1921), El desierto (1924), La gallina degollada y otros cuentos (1925) y quizá su mejor libro de relatos, Los desterrados (1926). Colaboró en diferentes medios: Caras y Caretas, Fray Mocho, La Novela Semanal y La Nación, entre otros.
En 1927 contrajo segundas nupcias con una joven amiga de su hija Eglé, con quien tuvo una niña. Dos años después publicó la novela Pasado amor, sin mucho éxito. Sintiendo el rechazo de las nuevas generaciones literarias, regresó a Misiones para dedicarse a la floricultura. En 1935 publicó su último libro de cuentos, Más allá. Hospitalizado en Buenos Aires, se le descubrió un cáncer gástrico, enfermedad que parece haber sido la causa que lo impulsó al suicidio, ya que puso fin a sus días ingiriendo cianuro.
Quiroga sintetizó las técnicas de su oficio en el Decálogo del perfecto cuentista, estableciendo pautas relativas a la estructura, la tensión narrativa, la consumación de la historia y el impacto del final. Incursionó asimismo en el relato fantástico. Sus publicaciones póstumas incluyen Cartas inéditas de H. Quiroga (1959, dos tomos) y Obras inéditas y desconocidas (ocho volúmenes, 1967-1969).
Influido por Edgar Allan Poe, Rudyard Kipling y Guy de Maupassant, Horacio Quiroga destiló una notoria precisión de estilo, que le permitió narrar magistralmente la violencia y el horror que se esconden detrás de la aparente apacibilidad de la naturaleza. Muchos de sus relatos tienen por escenario la selva de Misiones, en el norte argentino, lugar donde Quiroga residió largos años y del que extrajo situaciones y personajes para sus narraciones. Sus personajes
suelen ser víctimas propiciatorias de la hostilidad y la desmesura de un mundo bárbaro e irracional, que se manifiesta en inundaciones, lluvias torrenciales y la presencia de animales feroces.
Quiroga manejó con destreza las leyes internas de la narración y se abocó con ahínco a la búsqueda de un lenguaje que lograra transmitir con veracidad aquello que deseaba narrar; ello lo alejó paulatinamente de los presupuestos de la escuela modernista, a la que había adherido en un principio. Fuera de sus cuentos ambientados en el espacio selvático misionero, abordó los relatos de temática parapsicológica o paranormal, al estilo de lo que hoy conocemos como literatura de anticipación.

A la deriva - Horacio Quiroga

El hombre pisó algo blancuzco, y en seguida sintió la mordedura en el pie. Saltó adelante, y al volverse con un juramento vio una yaracacusú que, arrollada sobre sí misma, esperaba otro ataque.
El hombre echó una veloz ojeada a su pie, donde dos gotitas de sangre engrosaban dificultosamente, y sacó el machete de la cintura. La víbora vio la amenaza, y hundió más la cabeza en el centro mismo de su espiral; pero el machete cayó de lomo, dislocándole las vértebras.
El hombre se bajó hasta la mordedura, quitó las gotitas de sangre, y durante un instante contempló. Un dolor agudo nacía de los dos puntitos violetas, y comenzaba a invadir todo el pie. Apresuradamente se ligó el tobillo con su pañuelo y siguió por la picada hacia su rancho.
El dolor en el pie aumentaba, con sensación de tirante abultamiento, y de pronto el hombre sintió dos o tres fulgurantes puntadas que, como relámpagos, habían irradiado desde la herida hasta la mitad de la pantorrilla. Movía la pierna con dificultad; una metálica sequedad de garganta, seguida de sed quemante, le arrancó un nuevo juramento.
Llegó por fin al rancho y se echó de brazos sobre la rueda de un trapiche. Los dos puntitos violeta desaparecían ahora en la monstruosa hinchazón del pie entero. La piel parecía adelgazada y a punto de ceder, de tensa. Quiso llamar a su mujer, y la voz se quebró en un ronco arrastre de garganta reseca. La sed lo devoraba.
-¡Dorotea! -alcanzó a lanzar en un estertor-. ¡Dame caña!
Su mujer corrió con un vaso lleno, que el hombre sorbió en tres tragos. Pero no había sentido gusto alguno.
-¡Te pedí caña, no agua! -rugió de nuevo-. ¡Dame caña!
-¡Pero es caña, Paulino! -protestó la mujer, espantada.
-¡No, me diste agua! ¡Quiero caña, te digo!
La mujer corrió otra vez, volviendo con la damajuana. El hombre tragó uno tras otro dos vasos, pero no sintió nada en la garganta.
-Bueno; esto se pone feo -murmuró entonces, mirando su pie lívido y ya con lustre gangrenoso. Sobre la honda ligadura del pañuelo, la carne desbordaba como una monstruosa morcilla.
Los dolores fulgurantes se sucedían en continuos relampagueos y llegaban ahora a la ingle. La atroz sequedad de garganta que el aliento parecía caldear más, aumentaba a la par. Cuando pretendió incorporarse, un fulminante vómito lo mantuvo medio minuto con la frente apoyada en la rueda de palo.
Pero el hombre no quería morir, y descendiendo hasta la costa subió a su canoa. Sentose en la popa y comenzó a palear hasta el centro del Paraná. Allí la corriente del río, que en las inmediaciones del Iguazú corre seis millas, lo llevaría antes de cinco horas a Tacurú-Pucú.
El hombre, con sombría energía, pudo efectivamente llegar hasta el medio del río; pero allí sus manos dormidas dejaron caer la pala en la canoa, y tras un nuevo vómito -de sangre esta vez- dirigió una mirada al sol que ya trasponía el monte.
La pierna entera, hasta medio muslo, era ya un bloque deforme y durísimo que reventaba la ropa. El hombre cortó la ligadura y abrió el pantalón con su cuchillo: el bajo vientre desbordó hinchado, con grandes manchas lívidas y terriblemente doloroso. El hombre pensó que no podría jamás llegar él solo a Tacurú-Pucú, y se decidió a pedir ayuda a su compadre Alves, aunque hacía mucho tiempo que estaban disgustados.
La corriente del río se precipitaba ahora hacia la costa brasileña, y el hombre pudo fácilmente atracar. Se arrastró por la picada en cuesta arriba, pero a los veinte metros, exhausto, quedó tendido de pecho.
-¡Alves! -gritó con cuanta fuerza pudo; y prestó oído en vano.
-¡Compadre Alves! ¡No me niegue este favor! -clamó de nuevo, alzando la cabeza del suelo. En el silencio de la selva no se oyó un solo rumor. El hombre tuvo aún valor para llegar hasta su canoa, y la corriente, cogiéndola de nuevo, la llevó velozmente a la deriva.
El Paraná corre allí en el fondo de una inmensa hoya, cuyas paredes, altas de cien metros, encajonan fúnebremente el río. Desde las orillas bordeadas de negros bloques de basalto, asciende el bosque, negro también. Adelante, a los costados, detrás, la eterna muralla lúgubre, en cuyo fondo el río arremolinado se precipita en incesantes borbollones de agua fangosa. El paisaje es agresivo, y reina en él un silencio de muerte. Al atardecer, sin embargo, su belleza sombría y calma cobra una majestad única.
El sol había caído ya cuando el hombre, semitendido en el fondo de la canoa, tuvo un violento escalofrío. Y de pronto, con asombro, enderezó pesadamente la cabeza: se sentía mejor. La pierna le dolía apenas, la sed disminuía, y su pecho, libre ya, se abría en lenta inspiración.
El veneno comenzaba a irse, no había duda. Se hallaba casi bien, y aunque no tenía fuerzas para mover la mano, contaba con la caída del rocío para reponerse del todo. Calculó que antes de tres horas estaría en Tacurú-Pucú.
El bienestar avanzaba, y con él una somnolencia llena de recuerdos. No sentía ya nada ni en la pierna ni en el vientre. ¿Viviría aún su compadre Gaona en Tacurú-Pucú? Acaso viera también a su ex patrón mister Dougald, y al recibidor del obraje.
¿Llegaría pronto? El cielo, al poniente, se abría ahora en pantalla de oro, y el río se había coloreado también. Desde la costa paraguaya, ya entenebrecida, el monte dejaba caer sobre el río su frescura crepuscular, en penetrantes efluvios de azahar y miel silvestre. Una pareja de guacamayos cruzó muy alto y en silencio hacia el Paraguay.
Allá abajo, sobre el río de oro, la canoa derivaba velozmente, girando a ratos sobre sí misma ante el borbollón de un remolino. El hombre que iba en ella se sentía cada vez mejor, y pensaba entretanto en el tiempo justo que había pasado sin ver a su ex patrón Dougald. ¿Tres años? Tal vez no, no tanto. ¿Dos años y nueve meses? Acaso. ¿Ocho meses y medio? Eso sí, seguramente.
De pronto sintió que estaba helado hasta el pecho.
¿Qué sería? Y la respiración...
Al recibidor de maderas de mister Dougald, Lorenzo Cubilla, lo había conocido en Puerto Esperanza un viernes santo... ¿Viernes? Sí, o jueves...
El hombre estiró lentamente los dedos de la mano.
-Un jueves...
Y cesó de respirar. 

sábado, 28 de abril de 2012

Oraciones unimembres y bimembres

Extraído del sitio: http://www.profesorenlinea.cl

Sujeto y Predicado

a)    Oración y Frase

La oración es la unidad clave de la gramática; es la unidad lingüística con significado que se caracteriza porque tiene sentido completo. Por ejemplo, la palabra tiene un significado completo, pero no expresa nada si no se combina con otras palabras.
He aquí una situación que representa lo dicho anteriormente: “Si en la clase, ante los compañeros, alguien dice simplemente bolígrafo, ha pronunciado una palabra que tiene un significado, pero carece de un sentido completo. Por el contrario, si dice necesito un bolígrafo, sí comunica un sentido completo.
Hay veces en que una sola palabra expresa un sentido completo, porque se presupone en el diálogo o en el contexto social.
La oración es la serie, cadena o conjunto de palabras que trasmite un sentido completo.  También existen oraciones formadas por una sola palabra.
Cuando una persona habla o escribe lo hace empleando frases; esto es, trozos coherentes de su lengua. De otro modo, pensaríamos que está loco o, sencillamente, no le entenderíamos.
Normalmente decimos que una cosa “tiene sentido” cuando se entiende, cuando encontramos en ella esa coherencia por la que podemos saber qué se nos está diciendo o qué estamos leyendo.
De modo que “tiene sentido”: un libro, un artículo de un periódico, una carta, una conversación, una pregunta cualquiera, etc. A  esta unidad lingüística más pequeña que tiene sentido completo se le llama oración.
Las personas, al utilizar la lengua, inconscientemente generan oraciones y hablan mediante oraciones.

Las oraciones pueden clasificarse en:

Oraciones unimembres
Oraciones bimembres

Oraciones unimembres: Son aquellas que no tienen verbo. Están formadas por una o dos palabras (no olvidar que aunque estén formadas por una sola palabra continúan teniendo sentido completo).

Ej: Hola.              

Es oración porque la palabra es un saludo que todos conocemos y al que sabemos corresponder. Implica un gesto de amistad o simplemente cordialidad. Es una palabra que da inicio a futuras palabras.

Buenos días; Adiós, etc., son ejemplos de oraciones unimembres.

Oraciones bimembres: Son aquellas que tienen verbo. Están formadas por un conjunto de palabras que tienen sentido completo, de tal forma que ellas se organizan en dos partes o miembros o grupos oracionales:
grupo de sujeto
grupo de predicado
Lo más importante de la oración es el predicado que contiene lo que quiere comunicar el hablante.
El sujeto es una consecuencia del predicado, es el elemento que sustenta lo expresado por el predicado.
La Frase es una palabra o un conjunto de palabras que no tiene sentido completo.
Ej: “Sólo fines de semana” es una frase, porque no tiene sentido completo. ¿Qué pasa los fines de semana?, en cambio  “Se atiende sólo fines de semana” es una oración porque tiene sentido completo.

b)    Sujeto y Predicado: Oración bimembre

Sujeto:

Si se expresa en una oración qué hace un ser, dice o lo que le sucede, lo lógico es que en la frase se haga mención de la persona o cosa que  realiza esa acción. Esa persona, animal o cosa que realiza la acción es el sujeto.
El sujeto es la persona, animal o cosa de quien se dice algo, en otras palabras es quien realiza la acción del verbo.

Predicado:

Es lo que se dice del sujeto. En él siempre está presente la forma verbal (uno o más verbos).
Núcleos del sujeto y del predicado
El núcleo tanto del sujeto como del predicado corresponde a la o las palabras más importantes que contiene.
Siempre el núcleo del sujeto es un sustantivo o un pronombre. Siempre el núcleo del predicado es la forma verbal (uno o más verbos).

Los crímenes de la calle Morgue - Edgar Allan Poe

miércoles, 25 de abril de 2012

Las secuencias narrativas. Los conectores temporales

Extraído del sitio: http://escritorioalumnos.educ.ar

Los textos míticos, como otros textos con trama narrativa, están constituidos por secuencias, que son las unidades narrativas mínimas que se pueden señalar en un texto.

ACTIVIDADES

Lee el mito de Dédalo e Ícaro y reescribilo conjugando los verbos que aparecen entre paréntesis.

El rey Minos, necesitaba un lugar donde encerrar el Minotauro, por eso le (encargar) a Dédalo la construcción de un laberinto. Dédalo con la ayuda de su hijo Ícaro, (levantar) las paredes del intrincado laberinto. Cuando la tarea (estar) terminada no pudieron salir, pero como ingeniosos constructores idearon la forma de escapar. Dédalo (preparar) unas alas de plumas, que pegadas al cuerpo con cera le permitirían salir del laberinto volando. Antes de partir, Dédalo le (advertir) a su hijo que no se acercara al sol. Impulsados por las alas se (elevar) y (dejar) atrás el laberinto de Creta. Ya en el aire, Ícaro se (sentir) feliz de poder volar y (desobedecer) a su padre. (Volar) cada vez más alto y en su entusiasmo no notó que el calor le (estar) derritiendo la cera. Finalmente, cuando el sol (fundir) la cera que (mantener) las alas, Ícaro (caer) al mar.

Los textos que presentan una serie de acciones, que realizan los personajes y que se relacionan formando secuencias, se llaman textos narrativos. Para narrar es necesario organizar una serie de hechos realizados por personajes en determinado tiempo y espacio.

Organiza las secuencias del relato mítico de Dédalo e Ícaro.

Las acciones de la narración se conectan unas a otras, establecen relaciones entre sí. 

Los conectores temporales son uno de los recursos que tenemos en nuestra lengua para indicar esas relaciones. Los conectores son aquellas palabras que establecen relaciones entre las diversas oraciones, párrafos o componentes de una misma oración. Los conectores temporales permiten organizar la narración de acuerdo con una cronología (ordenamiento de los acontecimientos según una línea de tiempo).

Algunos conectores temporales son: cuando, mientras, entonces, luego, cada vez que, apenas, en cuanto, simultáneamente, al principio, después de un tiempo, en esos días, antes que, después de que, más tarde, de pronto, repentinamente, ahora que, por último.

Ahora relee la lista de conectores temporales y clasificalos según indiquen:

Anterioridad con respecto a otra acción: por ejemplo, antes que.
Simultaneidad con respecto a otra acción: por ejemplo, mientras.
Posterioridad con respecto a otra acción: por ejemplo, después de un tiempo.

¿Cuántas secuencias podés reconocer en el siguiente texto mítico?
¿Cuáles son los conectores temporales? ¿Cuáles establecen una relación de simultaneidad, cuáles de anterioridad y cuáles de posterioridad entre los hechos?

Dioniso

Por orden de Hera los Titanes se apoderaron del hijo recién nacido de Zeus, Dioniso, lo desmenuzaron y lo hirvieron en pedazos en una caldera. Al mismo tiempo, brotaba de la tierra un pequeño árbol, en el lugar donde su sangre caía. Más tarde fue reconstruido por su abuela Rea y volvió a la vida. Zeus para protegerlo, lo envió al palacio de la reina Ino, para que ésta lo criara, vestido de niña, en las habitaciones de las mujeres. Pero Hera, la esposa de Zeus enseguida se dio cuenta del engaño, y castigó a Ino con la locura.
Luego, por orden de Zeus, Hermes transformó a Dioniso en un chivo y lo regaló a las ninfas. Ellas lo cuidaron en una cueva en el monte Helicón, lo mimaron y lo alimentaron con miel. En ese tiempo fue que Dioniso inventó el vino, hecho por el cual se lo celebra. Cuando llegó a la edad viril, Hera lo reconoció como hijo de Zeus, y lo castigó con la locura. Con el paso de los años, Dioniso se dedicó a recorrer el mundo acompañado de las Ménades, cuyas armas eran las espadas y las serpientes que infundían terror. Después de vencer a los Titanes para restablecer el reino a Amón, se dirigió a la India, donde continuaron sus aventuras.

R. Graves, Los mitos griegos, Madrid : Alianza, 1993 (Adap.).

Estatuas de la noche - Clark Ashton Smith

Limitadas por un horizonte lejano, que desde cierto punto se encuentra muy remoto y parece fundido con la brillantez azul de un cielo metálico, contrastan el negro esplendor de sus formas marmóreas con el insuperable resplandor del sol. Construidas en el amanecer de los tiempos, por una raza cuyas tumbas en forma de torre y ciudades de altas cúpulas constituyen ahora un sólo polvo con el de sus constructores en las lentas evoluciones del desierto, permanecen en pie para contemplar los terribles amaneceres postreros, que surgen en otros países, consumiendo los velos de la noche en las desolaciones infinitas. Al mismo nivel de la luz, sus ceños temibles conservan el orgullo de los reyes Titánicos. En sus ojos de mirada pétrea, implacables y sin párpados, se refleja la desesperación de quienes han contemplado el infinito durante demasiado tiempo.
Mudas como las montañas de cuyo seno metálico surgieran, sus labios nunca han reconocido la soberanía de los soles que en llamarada triunfante cabalgan de horizonte a horizonte por la tierra subyugada. Únicamente al atardecer, cuando el oeste arde como un horno gigantesco, y las lejanas montañas lanzan chispas doradas a las profundidades de los cielos caldeados (únicamente al atardecer, cuando el este se hace infinito e indefinido, y las sombras del desierto se mezclan con la sombra de la noche hasta formar una sola), entonces, y sólo entonces, surge de sus gargantas pétreas una música que se eleva hacia el horizonte cobrizo; es una música fuerte y triste, extraña y de gran sonoridad, como el canto de las estrellas negras, o la letanía de dioses que invocan al olvido; es una música que enternece al desierto llegando hasta su corazón de roca, y que retumba en el granito de tumbas olvidadas, hasta que los últimos ecos de su alegría, cual trompetas del destino, se unen al negro silencio de lo infinito.

La oración

Extraído del sitio: http://roble.pntic.mec.es

Podemos definir la oración como una unidad de comunicación que posee sentido completo, independencia sintáctica y termina en pausa o punto.

La mesa del profesor tiene libros.

Elementos de la oración

El sujeto (S)

Llamamos sujeto a la persona, animal o cosa que realiza la acción del verbo o de quien se dice algo.

El hijo de mi vecina         compró una bicicleta.
         S

El predicado (P)

Llamamos predicado a lo que se dice del sujeto.

El hijo de mi vecina         compró una bicicleta.
                                                     P

El sujeto

En el sujeto siempre hay una palabra que es más importante y se llama núcleo (N). Siempre es un nombre o cualquier otra palabra que funciona como si lo fuera.

El   hijo   de mi vecina     compró una bicicleta.
       N                     
         S                                         P
Aquélla                tiene el pelo rubio.
       N     
        S                              P

Para localizar el sujeto de una oración se le pregunta ¿Quién? o ¿Quiénes? al verbo.

El hijo de mi vecina         compró una bicicleta.
           S      
¿Quién compró...? El hijo de mi vecina = Sujeto (S).

En algunas oraciones el sujeto no está presente. Cuando es así se le llama sujeto omitido (SO), sujeto sobreentendido o sujeto gramatical.

Jugaron a los indios.       (Ellos-as)
                                          SO

El predicado

La palabra más importante de casi todos los predicados es el verbo, al que llamaremos núcleo (N).

El hijo de mi vecina         compró      una bicicleta.
                                          N             
        S                                                    P
Aquélla                tiene     el pelo rubio.
                             N            
        S                               P
Localizar el predicado es lo más fácil del mundo. Predicado es todo lo que no es sujeto.

Recursos estilísticos

Extraído del sitio: http://roble.pntic.mec.es


Estilo.

Recursos estilísticos son los diversos "trucos" que utiliza el escritor para hacer más expresivo su mensaje y llamar la atención del lector. El conjunto de estos recursos que utiliza el autor se llama estilo.

Clases de recursos estilísticos.

Recursos fonéticos.
· Aliteración.
· Onomatopeya.
· Paronomasia.
· Similicadencia.
· Palindromía.
Recursos semánticos.
· Comparación.
· Metáfora.
· Alegoría.
· Metonimia.
· Antítesis.
· Personificación o prosopopeya.
· Apóstrofe.
· Hipérbole.
· Juego de palabras: · Calambur. · Dilogía.
Recursos morfológicos.
· Enumeración.
· Epíteto.
Recursos sintácticos.
· Hipérbaton.
· Anáfora.
· Quiasmo.
· Asíndeton.
· Polisíndeton.
· Paralelismo.
· Elipsis

Clases de recursos estilísticos.

Recursos fonéticos.
Mediante estos recursos, el autor pretende resaltar el contenido de su mensaje valiéndose de los sonidos de la lengua.

· Aliteración. Consiste en repetir uno o varios fonemas con la intención de expresar una idea o producir efectos sensoriales.

Como vemos que un río mansamente
por do no halla estorbo sin sonido
sigue su natural curso seguido
tal que aun apenas se siente...

El poeta repite la "s" para producir un efecto de silencio y resaltar la tranquilidad del río.
  
· Onomatopeya. Es una variante de la aliteración que consiste en imitar los ruidos que existen en la naturaleza.
  
¿O el eco ronco del lejano trueno
que en las hondas cavernas retumbó?

La repetición de la "r" parece imitar el ruido del trueno retumbando en las paredes de la cueva.
  
· Paronomasia. Es la proximidad de palabras que tienen sonidos parecidos pero significados distintos.

En mi aposento otras veces
una guitarra tomo,
que como barbero templo
y como bárbaro toco.

El autor pretende producir un fuerte contraste entre "barbero" y "bárbaro" que tienen sonidos parecidos pero significados distintos.

· Similicadencia. Consiste en colocar de forma próxima palabras que posee sonidos semejantes.

 ...oro, lloro e imploro, cuando estoy solo y rememoro...
  
· Palindromía. Consiste en construir frases de manera que se lean igual de izquierda a derecha que de derecha a izquierda.

Dábale el arroz a la zorra el abad.

Recursos semánticos.
Éstos se basan en la relación que existe entre el significado y el significante de las palabras.

· Comparación. Consiste en relacionar dos palabras cuyos significados tienen algún parecido. Comparar una idea con otra más conocida, más clara o más expresiva.

El ciprés es como un surtidor de agua.

 · Metáfora. Es el recurso que consiste en identificar una palabra con otra. Sustituir una idea por otra más expresiva. Si a una comparación le quitamos el enlace comparativo (como...) la convertimos en metáfora.

El ciprés es un surtidor de agua. Los suspiros de escapan de su boca de fresa. (Fresa = roja y dulce.)

A veces no aparece el término real de la metáfora, entonces utilizamos una metáfora pura.

La dulce boca que a gustar convida
un humor entre perlas destilado...
  
"Perlas" es una metáfora que equivale a los "dientes".

· Alegoría. Es una metáfora continuada a lo largo de un poema.

En una alforja al hombro
llevo los vicios:
los ajenos delante
detrás los míos.
Esto hacen todos;
así ven los ajenos
mas no los propios.

En el ejemplo se explica a través de metáforas, la distinta valoración que hacemos de los defectos, dependiendo de que sean propios o ajenos.
  
· Metonimia. Consiste en designar algo con otro nombre, basándose en la relación de sus significados.

Me bebí tres vasos. Tengo un Goya en la pared.
Nombramos el continente en lugar del contenido o al autor en lugar de su obra.

· Antítesis. Consiste en relacionar dos palabras que se oponen entre sí.

¡Fue sueño ayer; mañana será tierra!
¡Poco antes, nada, y poco después, humo!

Fue - será; sueño - tierra; ayer - mañana; poco antes - poco después.

Mediante palabras que se oponen se pretende llamar la atención.

· Personificación o Prosopopeya. Consiste en atribuir cualidades humanas a los seres inanimados o irracionales.

Con mi llorar las piedras enternecen
su natural dureza y la quebrantan;
los árboles parece que se inclinan;
las aves que se escuchan, cuando cantan,
con diferente voz se condolecen
y mi morir cantando me adivinan.

El poeta da cualidades humanas a las piedras, los árboles y las aves.

· Apóstrofe. Consiste en dirigir exclamaciones o preguntas a seres animados o inanimados.

Olas gigantes que os rompéis bramando
en las playas desiertas y remotas,
envuelto entre las sábanas de espuma,
¡llevadme con vosotras!
  
· Hipérbole. Es una exageración desmesurada de las cualidades o acciones.

Daban miedo los collares
de tanto que se estrecharon.

· Juego de palabras. Consiste en utilizar dos o más palabras que se escriben o se pronuncian igual, pero tienen significados diferentes.

Con los tragos del que suelo
llamar yo néctar divino,
y a quien otros llaman vino
porque nos vino del cielo,...

· Calambur. Es el juego de palabras que consiste en juntar las sílabas de dos palabras diferentes para formar una nueva; o separar las sílabas de una palabra y obtener una nueva.

Por un caminito
va caminando
un animalito
que ya te he dicho.
Blanca por dentro,
verde por fuera
si quieres que te lo diga,
espera.

· Dilogía. Es un juego de palabras que consiste en utilizar una palabra con dos o más significados a la vez.

Salió de la cárcel con tanta honra,
que le acompañaron doscientos cardenales;
salvo que a ninguno llamaban eminencia.

El autor utiliza la palabra "cardenal" con dos significados: cargo eclesiástico y moretón.

Recursos morfológicos.

· Enumeración. Es el recurso que consiste en acumular sustantivos para describir algo.

Aquí, en fin, la cortesía,
el buen trato, la verdad,
la finura, la lealtad ...
fama, honor y vida son
caudal de pobres soldados.
  
Se describen las cualidades de un soldado mediante la acumulación de sustantivos.
  
· Epíteto. Es la utilización de adjetivos que generalmente se colocan delante de los sustantivos para añadirles viveza y colorido; pero que no añaden ningún significado.

Por ti la verde hierba, el fresco viento,
el blanco lirio y colorada rosa
y dulce primavera deseaba.
  
Recursos sintácticos.
  
· Hipérbaton. Consiste en cambiar el orden normal de las palabras de una oración.

De este, pues, formidable de la tierra bostezo el melancólico vacío.

El orden lógico sería: El melancólico vacío de este formidable bostezo de la tierra.
  
· Anáfora. Consiste en repetir una o varias palabras al principio de las oraciones.

Dejé por ti mis bosques...
Dejé un temblor, dejé una sacudida.
Dejé mi sombra...
Dejé palomas tristes junto a un río.
Dejé de oler el mar, dejé de verte.
 ·
. Quiasmo. Consiste en combinar las clases de palabras en una oración dos a dos siguiendo el esquema ABBA.

Cestillas blancas de purpúreas rosas.
ABBA

El autor coloca dos nombres en los extremos y dos adjetivos que los califican en el centro.
  
· Asíndeton. Es la supresión intencionada de las conjunciones o nexos que unen oraciones o palabras.

Acude, corre, vuela,
traspasa la alta sierra, ocupa el llano,
no perdones la espuela,
no des paz a la mano,
menea fulminando el hierro insano.

· Polisíndeton. Es la unión innecesaria de varias oraciones o palabras con nexos.

Y allí se reconoce, y crece y lanza,
y avanza y levanta espumas, y salta y confía,
y hiende y late en las aguas vivas, y canta,...
  
· Paralelismo. Consiste en distribuir paralelamente palabras, sintagmas y oraciones, para conseguir un efecto rítmico.

Yo a las cabañas bajé,
yo a los palacios subí,
yo los claustros escalé
y en todas partes dejé
memoria amarga de mí.

· Elipsis. Se produce cuando se suprime algún elemento de la oración porque se sobreentiende.

Lo bueno, si breve, dos veces bueno.
Lo (que es) bueno, si (es) breve, (es) dos veces bueno.

martes, 24 de abril de 2012

Significaciones denotativas y connotativas

SIGNIFICACIÓN DENOTATIVA:

Es la que expresa directamente aquello de lo que se está hablando; en el sentido recto de las palabras, tiene una sola interpretación.

Ejemplos:

    - Te compraré un par de zapatos.
    - Tienes los zapatos sucios.
    - Los delincuentes entraron por la ventana.
    - La ventana está limpia.

SIGNIFICACIÓN CONNOTATIVA:

Es la que expresa más de un significado. Es el sentido figurado de las palabras. Se utiliza en la literatura, en el cine, en algunos campos de periodismo, el humor, en la publicidad, etc.

Ejemplos:

    - ¿Dónde estás corazoncito?
    - Vuelve palomita a tu dulce nido.
    - Madonna sigue siendo una estrella.

Ejemplos de Solicitud

En primera persona

Paraná, 24 de abril de 2012

Sres. de Arnet S. A.
                 
                 El motivo de la presente es hacerles saber que me encuentro sin servicio de Internet desde hace más de 20 días.
Me he comunicado telefónicamente en varias oportunidades sin que me solucionen el problema.
Solicito por este medio que tomen a la brevedad las medidas pertinentes para la pronta restitución del servicio y que los días en que estuve sin conexión se me descuenten del precio del abono.
Quedo a la espera de una pronta respuesta.
                                                                           
                                                                           María García
                                                                           D.N.I. 18236092
                                                                           Dirección: Andrés Pazos 367
                                                                           Tel.: 4237118

En tercera persona

Paraná, 24 de abril de 2012

Sres. de Arnet S. A.
                   
                 La que suscribe,  María García, D.N.I. 18236092, domiciliada en Andrés Pazos 367, quiere dejar sentado que se encuentra sin servicio de Internet desde hace más de 20 días, habiendo solicitado servicio técnico sin obtener respuesta y solicita por este medio la pronta solución del problema citado anteriormente quedando a la espera de una rápida respuesta.
Atentamente.
                                                                          
                                                                          María García
                                                                          D.N.I. 18236092
                                                                          Dirección: Andrés Pazos 367
                                                                          Tel.: 4237118

Elementos a tener en cuenta para analizar cuentos y novelas

Tomado del sitio: http://literatura714.blogspot.com.ar

Este teórico te permitirá tener algunos elementos para poder analizar un cuento o una novela. Está realizado sobre la base de la postura teórica denominada “narratología” y constituye un resumen de los aspectos fundamentales a tener en cuenta para cualquier análisis.

Sabemos que la literatura es un arte que utiliza la palabra para construir un mundo de ficción. ¿Cómo lo hace? Pues utiliza “recursos literarios” con diversos objetivos, ya sea, para crear atmósferas determinadas, caracterizar a los personajes, provocar el suspenso y atraer la atención del lector, conmoverlo, etc. Los tres géneros “canónicos” son la lírica (poesía), el drama (obras de teatro) y la narrativa (cuento y novela). En este caso, nos ocuparemos de algunos “recursos literarios” que son utilizados en los textos narrativos, aunque muchos de ellos también sean utilizados en los otros dos géneros.

Historia y discurso

En todo texto narrativo debemos distinguir dos niveles: historia y discurso. La historia son los hechos acaecidos en relación con los personajes, el ambiente y el tiempo en que se desarrollan. El discurso, en cambio, es la forma en que es presentada esa historia. Así por ejemplo, puedo leer una novela que cuente la vida de un personaje desde su nacimiento hasta su muerte. Todos los hechos que le ocurrieron constituyen la historia, el argumento de la novela. Pero, tal vez, la novela comience por la última escena, la de la muerte, y a partir de allí cuente la historia del sujeto. Esto es el discurso, la manera en que se cuenta la historia.
Así, en el nivel del discurso, la historia puede estar organizada de diversas maneras:
Quebrando el orden cronológico (novelas que suelen comenzar en forma abrupta: por el final o en el momento de un suceso perturbador) o si no:
Respetando el orden cronológico. Narra los hechos en el mismo orden en que sucedieron.

Los personajes

Los personajes realizan acciones y se transforman como consecuencia de esas acciones. Para analizar a los personajes será conveniente identificar al protagonista (el que tiene el acento emocional más intenso) y colocar a los demás personajes (principales y secundarios) en relación con él. En los personajes podemos observar: su carácter, sentimientos, formas de actuar, rasgos físicos. Podemos ver qué dice el narrador sobre ellos, qué dicen ellos sobre sí mismos, que dicen los otros personajes, cómo actúan.
Para alcanzar la caracterización global de cada personaje observaremos:

La repetición

Cuando un personaje aparece por primera vez quizá no sepamos mucho sobre él, pero en el curso de la narración las características más sobresalientes de ese personaje se repetirán con frecuencia.

La relación de un personaje con los demás

Los personajes presentan similitudes y contrastes en relación con los demás. Se trata de descubrir las características del personaje a partir de su confrontación con los demás.

Los cambios

Los personajes sufren alteraciones, cambios de actitud, ambiente, ideas. Una vez seleccionados los rasgos más importantes de un personaje, será más fácil seguir el rastro de sus transformaciones. También pueden colaborar en la construcción de esa imagen otros aspectos: los espacios que ocupan, la lengua que emplean, la coincidencia entre lo que dicen y hacen, la información que el narrador u otro personaje da sobre ellos.

La ambientación

Los elementos de la ambientación son dos: tiempo y espacio (cuándo y dónde ocurrió). El espacio puede tener funciones simbólicas, por ejemplo, sugerir la condición social de los personajes o ser una pista de su estado de ánimo. Así, en una novela romántica, la tristeza del personaje puede estar unida a un día gris, nublado; la naturaleza simbólicamente acompaña el dolor del personaje, en ese caso.
También es importante advertir el tiempo en el que ocurren los hechos. Por ejemplo, una novela puede contar lo que sucede en un solo día o lo que sucede durante muchos años. En relación con el tiempo podemos encontrar:

analepsis: son los retrocesos temporales. Un personaje recuerda algo que le ocurrió y que es anterior al momento de la historia que se está contando. Ejemplo: “Eran las cuatro de la tarde del día jueves. Raúl estaba tomando mate. En ese momento vino a su mente la discusión que había mantenido con Julia el domingo anterior. Ella estaba furiosa, había golpeado la puerta y se había ido gritando que....”

prolepsis: el narrador anticipa qué es lo que va a ocurrir más adelante con ese personaje. Ejemplo: “Juan no sabía aun que, veinte años después, Marina sería su esposa.”

elipsis: se omiten hechos de la historia. Ejemplo: “Pasaron tres años. Juan había envejecido un poco.”

El narrador

Es la voz ficticia creada por el autor para organizar y contar la historia. No debemos confundirlo con el autor. Puede ser un narrador:

Desde afuera: Él cuenta una historia que no vivió. Ejemplo: “Juan se levantó esa mañana muy temprano y salió a pasear.”

Desde adentro: Él cuenta una historia como si fuera uno de los personajes. “Ésa mañana, cuando estaba parado mirando por la ventana, pude observar cómo comenzaba a nevar.”

El punto de vista o focalización

Es la mirada desde la que se ven los hechos. En un cuento o en una novela, puede variar de un párrafo al otro. Esa mirada puede situarse dentro de un personaje, fuera de todos los personajes, o dentro de todos los personajes. En el primer caso decimos que el narrador sabe lo mismo que el personaje, en el segundo, que sabe menos que los personajes y en el tercero, que sabe más que los personajes.

Ejemplos:

focalización interna o mirada desde “dentro” de “un personaje” .
“Yo me sentía muy mal esa mañana. Veía todo negro. No sabía por qué mi madre me había contestado así.”

focalización externa o mirada desde “afuera” de los personajes. El narrador sólo sabe lo que ve, no sabe qué ocurre dentro de las personas.
“Los hombres iban y venían de un lado al otro. Quién sabe en qué estarían pensando. Sólo eran figuras grises deambulando en la calle.”

focalización omnisciente, el narrador sabe más que los personajes. El narrador sabe todo lo que piensan y sienten todos los personajes, sabe todo lo que les pasó y todo lo que les va a pasar.
“Pedro se sentía muy mal. Tenía los ojos hinchados. Él aun no sabía que todos lo odiaban y que esa misma tarde le harían una cama para destruirlo.”

Uso de la lengua

El mundo de una novela o de un cuento es polifónico, en la medida en que está constituido por el discurso de uno o varios narradores y por los diálogos de los personajes, citados por esos narradores.
Por eso encontramos distintos modos de hablar (variedades discursivas) y debemos prestar atención a su variación.
En cuanto a las técnicas literarias tenemos que observar los usos de:

El monólogo

Es cuando una persona habla sola. Tiene dos variantes:
El fluir de la conciencia: se presentan las imágenes, impresiones del personaje en el mismo orden (o desorden) en que aparecen en su mente.
Ejemplo: “Me vi de nuevo en la mesa de examen. Se me había hecho un blanco. Me acordé de mi madre, la abuela. Pobrecita en su ataúd. La profesora movía los labios. ¿Qué decía? Yo escuchaba el ruido de los cohetes de fin de año cuando la Lina me besó de golpe.”

El soliloquio: un hablante se dirige a sí mismo. Ejemplo: “No puedo ser el mismo tontito de siempre, el que otros usan. Tengo que rebelarme”

El diálogo

Éste se intercala en el hilo narrativo de dos maneras:

* Diálogo en discurso directo: Intercambio constante de roles con un narrador que lo presenta y conduce. Ejemplo:
Hola Juan, - dijo la chica con desenfado.
Hola.- apenas murmuró él.

* Diálogo en discurso indirecto: Alguien cuenta lo que dijo otro. Ejemplo:
“La chica saludó, pero el muchacho casi no dijo nada”

La descripción de personajes, ambientes u objetos

La descripción no es una enumeración de datos. El descriptor selecciona aquellos rasgos que singularizan su objeto de descripción. Por lo tanto la descripción siempre es subjetiva porque supone una valoración de todo lo observado. Así, algo será lindo o feo dependiendo de quien lo mire, o sea, del punto de vista.
La subjetividad en la descripción se manifiesta a través del uso de distintos recursos expresivos: la adjetivación, metáforas, comparaciones, repeticiones, etc.)
¿Para qué introduce el narrador una descripción? Puede ser por muy diversos motivos. Por ejemplo: hacer creíble lo que se cuenta mediante una pintura del lugar y el tiempo; o lograr mayor tensión en el texto; o crear una atmósfera especial; u obtener una mejor imagen de un personaje.

El “tema” del texto

Una vez que hayas analizado todos los recursos y los hayas interpretado, podrás fundamentar tu opinión sobre cuál es el “tema” del cuento. Recordá que el “tema” se enuncia mediante una sintagma breve de no más de dos o tres palabras. Ejemplos de temas: el amor en la pareja; el amor en la familia; la envidia; el odio, la violencia social, etc. Los temas son universales.