La estructura del cuento está
conformada por tres elementos:
Significación + intensidad + tensión
Significación:
Este elemento, parece residir
principalmente en su tema, en el hecho de escoger un acaecimiento
real o fingido que posea esa misteriosa propiedad de irradiar algo
más allá de sí mismo.
No hay temas, por sí mismos
significativos; lo que hay es un lazo entre cierto escritor y cierto
tema en un momento dado.
Se ve determinada, en cierta medida,
por algo que está fuera del cuento en sí, por algo que está antes
y después del tema. Antes del tema, está el escritor, con sus
valores humanos y literarios; lo que se encuentra después del tema
nos conecta con el segundo y tercer elemento de la estructura del
género:
Intensidad y tensión:
La significación no reside solo en el
tema del cuento; la idea de este primer elemento no puede tener
sentido sino en relación con la idea de intensidad y tensión, que
ya no apuntan al tema, sino al tratamiento literario que se le da, la
forma en que el cuentista, frente a su tema, lo ataca y sitúa
verbalmente y estilísticamente, lo estructura en forma de cuento, y
lo proyecta en último termino hacia algo que excede el cuento mismo.
El cuento debe crear un clima propio
que permita que el lector pueda revivir esa convicción que llevó a
su autor a escribirlo; lo cual solo es logrado mediante un estilo
basado en la intensidad y la tensión, un estilo en el que los
elementos formales y expresivos se ajusten a la índole del tema
fijándolo, para siempre, en su tiempo y en su ambiente.
La intensidad consiste, entonces, en la
eliminación de todas las ideas o situaciones intermedias, de todos
los rellenos o fases de transición que la novela permite e incluso
exige; prescindiendo, por ejemplo, de toda descripción de ambientes.
La intensidad adquiere el nombre de
tensión, cuando se ejerce en la manera con que el autor nos va
acercando lentamente a lo contado; sin saber, todavía, lo que va a
ocurrir en el cuento, sin embargo no nos deja sustraernos de su
atmósfera.
Tanto la intensidad de la acción como
la tensión interna del relato son producto del oficio de escritor.
La clave de un cuento eficaz, se halla en la tarea de escribir
intensamente, mostrarlo intensamente, de manera que haga blanco y se
clave, en la memoria del lector.
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